¿Sabías que tu mascota tiene un día especial en el calendario?
¿Sabías que tu mascota tiene un día especial en el calendario?
El día 4 de octubre es el día mundial de los animales. ¿Y por qué este día? Porque es el día de San Francisco de Asís, patrón de los animales y los ecologistas.
La Organización Mundial de Protección Animal, durante un congreso celebrado en octubre de 1929 en Viena, con el fin de buscar una solución para las especies en peligro de extinción, decide crear un día para los animales. Como curiosidad, el 15 de ese mes, pero de 1978, se aprueba en la Organización Naciones Unidas (ONU) la Declaración Universal de Derechos del Animal. Derechos que velan por la protección de todos los animales y la lucha contras los crímenes cometidos hacia la naturaleza.
Con motivo del día de los animales, queremos hacer un pequeño homenaje a todas las mascotas que tanto queremos. La mejor manera de homenajear a nuestros fieles amigos es conociendo la historia de “Hachiko”, que robó el corazón de miles de personas por la fidelidad, amor y lealtad a su dueño. Tal fue así que a día de hoy es toda una leyenda.
¿Os apetece que hagamos un pequeño viaje al Japón de 1924?
(Abajo encontrarás el texto en inglés y en español)
Hachiko, A story of a loyal dog.

He lived in Odate, a small town very close to Tokyo, Hidesaburo Ueno, a professor at the University of Tokyo.
Hidesaburo was very sad, because he had recently lost his dog. One day, his daughter decides to give him a small Akita Inu puppy, which they decided to name «Hachi». At first, the professor was not very happy with this new member of the family. But little by little she grew fond of him. How could he not be fond of someone who adored him so much!
Every day «Hachi» accompanied the teacher to Shibuya station, where he would catch the train to go to work, and then at the end of the day, he would come back to find his friend and go home together. This gesture became a little tradition between «Hachi» and Hidesaburo.
This tradition did not last long, on May 21, 1925, Hidesaburo, like every day, began his journey to work with his faithful friend, but this time without a return trip. Like every day at the end of the day, «Hachi» went to the station to look for the teacher and go home, but he did not appear. «Hachi» stayed all night and the next day waiting patiently and did so for 9 years, until finally he was reunited with his friend Hidesaburo.
Throughout his life «Hachi» captivated the travellers and workers at Shibuya station, who cared for him to the end.
To this day, «Hachi» is still there waiting, but this time it is his statue that watches over the sunsets at Shibuya station, witnessing thousands of encounters.
With this little story, an example of fidelity, respect and love between animals and humans, we want to thank all our pets for always being there.
HAPPY ANIMALS DAY.
Hachiko, Historia de un perro fiel.
Vivía en Odate, un pueblecito muy cerca de Tokio, Hidesaburo Ueno, un profesor de la Universidad de Tokio.
Hidesaburo estaba muy triste, pues hacía poco había perdido a su perrita. Un día, su hija decidió regalarle un pequeño cachorro de Akita Inu, al que nombraron “Hachi”. Al principio, al profesor no le hacía mucha gracia este nuevo miembro de la familia. Pero poco a poco se fue encariñando con él. ¡Cómo no se iba a encariñar de alguien que lo adoraba tanto!

Todos los días “Hachi” acompañaba al profesor a la estación de Shibuya, donde cogía el tren para ir a trabajar, y luego al final de la jornada, volvía para buscar a su amigo y volver juntos a casa. Este gesto se convirtió en una pequeña tradición entre “Hachi”e Hidesaburo.
Poco duró esta tradición, pues el 21 de mayo de 1925, Hidesaburo como todos los días, emprendió su viaje hacia el trabajo junto a su fiel amigo, pero esta vez sin viaje de vuelta. Como siempre, al finalizar el día, “Hachi” fue a la estación para buscar al profesor y volver a casa, pero este no apareció. “Hachi” permaneció toda la noche y todo el día siguiente esperando pacientemente… y así lo hizo durante 9 años, hasta que por fin se reencontró con su amigo Hidesaburo.
Durante toda su vida “Hachi” cautivó a los viajeros y trabajadores de la estación de Shibuya, que cuidaron de él hasta el final.
A día de hoy, “Hachi” sigue allí esperando, pero esta vez es su estatua la que vigila las puertas de la estación de Shibuya, testigo de miles de encuentros.
Con esta pequeña historia, ejemplo de fidelidad, respeto y amor entre animales y humanos, queremos agradecer a todas nuestras mascotas que estén siempre ahí.
FELIZ DÍA DE LOS ANIMALES.