
La formación es pasión, vocación y en ningún caso un oficio pasajero, es innato en parte y adquirido a lo largo de los años. Un profesor nunca deja de formarse, reciclarse y empaparse de los conocimientos de los demás, tanto profesores como alumnos.
Ha de ser un ejemplo para sus alumnos, informado y fácil de entender pensando con la mente pero también con tu corazón, motivándolos para sacar lo mejor de ellos con sensibilidad y devoción.
Gracias a todos los profesores que me han formado a lo largo de la vida, y gracias a los alumnos que han escuchado mis conocimientos adquiridos.